Ya ha llegado a Chile el texto oficial de la conferencia de Aparecida, que recoge las conclusiones de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Las conclusones marcarán el camino de la Iglesia en América Latina frente a los desafíos que hoy enfrentamos como pueblos, por lo que resulta importante conocer y aplicar dicho documento.
(Ver Documento de Aparecida)
Sin embargo, su publicación no ha estado excento de polémicas. Muchas voces desde el clero brasileño se han alzado para denunciar que el textoconfirmado por el Papa tiene serias y profundas modificaciones, que suavizan algunos juicios sobre la realidad y ponen en el texto ideas y apreciaciones que no estuvieron en la mente y el corazón de los obispos latinoamericanos.
(Comparar las diferencias entre la redacción final y la publicada)
El hecho es grave, porque implica desconocer las conclusiones de los obispos y violentar un proceso que buscaba reflejar el espíritu y la práctica de la Iglesia Latinoamericana. Es cierto que el texto podía ser corregido por el vaticano, pero ¿Qué sentido tiene pedir la participación de toda la Iglesia en la preparación de un documento si luego no se va a respetar lo que ellas digan? ¿Qué certeza tenemos que el aporte latinoamericano a la Iglesia Universal es valorado verdaderamente?.
Cada conferencia ha marcado el camino de nuestros pueblos, sobre todo, después del grito profético de Medellín y de la opción por los pobres de Puebla. En santo Domingo vimos una intervención grosera por parte del Vaticano, que aletró significativamente el texto final y provocó dudas y desconfianzas, haciendo que dicha conferencia pasara sin pena ni gloria. Ahora nos encontramos nuevamente frente a una intervención, menos evidente, pero igualmente grave.
(Revisar el itinerario desde la Conferencia de Rio de Janeiro hasta la preparación de Aparecida)
(Revisar los Documentos de las otras conferencias episcopales)
Sin embargo, aunque la redacción final tiene un tono más neutro que el documento salido de Aparecida, podemos confiar en que sus conclusiones iluminarán de igual manera el camino de los cristianos de América Latina, animada por el Espíritu de Jesús que sigue soplando en nuestro continente, "para que nuestros pueblos en El tengan vida".
(Ver Documento de Aparecida)
Sin embargo, su publicación no ha estado excento de polémicas. Muchas voces desde el clero brasileño se han alzado para denunciar que el textoconfirmado por el Papa tiene serias y profundas modificaciones, que suavizan algunos juicios sobre la realidad y ponen en el texto ideas y apreciaciones que no estuvieron en la mente y el corazón de los obispos latinoamericanos.
(Comparar las diferencias entre la redacción final y la publicada)
El hecho es grave, porque implica desconocer las conclusiones de los obispos y violentar un proceso que buscaba reflejar el espíritu y la práctica de la Iglesia Latinoamericana. Es cierto que el texto podía ser corregido por el vaticano, pero ¿Qué sentido tiene pedir la participación de toda la Iglesia en la preparación de un documento si luego no se va a respetar lo que ellas digan? ¿Qué certeza tenemos que el aporte latinoamericano a la Iglesia Universal es valorado verdaderamente?.
Cada conferencia ha marcado el camino de nuestros pueblos, sobre todo, después del grito profético de Medellín y de la opción por los pobres de Puebla. En santo Domingo vimos una intervención grosera por parte del Vaticano, que aletró significativamente el texto final y provocó dudas y desconfianzas, haciendo que dicha conferencia pasara sin pena ni gloria. Ahora nos encontramos nuevamente frente a una intervención, menos evidente, pero igualmente grave.
(Revisar el itinerario desde la Conferencia de Rio de Janeiro hasta la preparación de Aparecida)
(Revisar los Documentos de las otras conferencias episcopales)
Sin embargo, aunque la redacción final tiene un tono más neutro que el documento salido de Aparecida, podemos confiar en que sus conclusiones iluminarán de igual manera el camino de los cristianos de América Latina, animada por el Espíritu de Jesús que sigue soplando en nuestro continente, "para que nuestros pueblos en El tengan vida".
No comments:
Post a Comment